Deseos, fantasías, carencias, sueños, ilusiones, afectos, ideales: de todos estos materiales se alimenta nuestra mente.
Nuestra psique está formada por un mundo en el que se interrelacionan continuamente las emociones y los pensamientos. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, aceptamos también nuestros cambios vitales y, sobre todo, nuestras carencias y dificultades. Esto se debe a que estamos bien alimentados psicológica y emocionalmente alimentados.
Cuando nuestra despensa imaginaria contiene los ingredientes necesarios para no pasar “hambre de amor”, es cuando nuestra nevera se encuentra razonablemente provista de ingredientes necesarios para alimentar nuestro cuerpo. Tendremos un equilibrio entre salud mental y salud física porque habrá un equilibrio entre lo que queremos y lo que conseguimos, entre cómo somos y como queremos ser.
Si, por el contrario, tenemos luchas internas por el desequilibrio entre lo que queremos y lo que conseguimos, si no hemos podido elaborar nuestra historia afectiva, es posible que nuestra despensa imaginaría este mal equipada. En ese caso, nos faltaran ilusione y sueños.
Entonces no será raro que intentemos tapar ese vacío interno saciándonos de comida.
“Alimentación Emocional”
